Si te estás planteando someterte a una tonsilectomía, antes te interesa saber para qué sirven las amígdalas. Todos sabemos que en la boca hay unas glándulas que se llaman amígdalas, pero la mayoría de la gente no tiene ni idea de lo que hacen. ¿Sabes qué son las amígdalas y su función? Sigue leyendo esta explicación sobre sobre las pequeñas pero importantes amígdalas. Así entenderás el gran trabajo que hacen para mantenerte sano y seguro que te lo piensas dos veces antes de extirparlas.
Todo el mundo ha oído hablar de las amígdalas, pero pocos saben realmente para qué sirven.
¿Dónde están tus amígdalas? ¿Cuánto sabes sobre ellas? Comprender esta pequeña pero importante zona de tu cuerpo te ayudará a mantener la salud.
¿Qué son exactamente las amígdalas y dónde se encuentran?
Las amígdalas (o tonsilas) son como almohadillas de tejido con forma ovalada situadas en varios puntos de la garganta. Las amígdalas se disponen en pares a ambos lados de la garganta y se clasifican en tres grupos en función de su ubicación:
- Amígdalas adenoides o faríngeas, cerca de la cavidad nasal
- Amígdalas linguales, en la parte posterior de la lengua
- Amígdalas palatinas, a ambos lados de la garganta, justo detrás de los últimos dientes
Las amígdalas palatinas son las únicas que se pueden ver al abrir la boca, así que seguramente son las que nos imaginamos cuando hablamos de amígdalas. Estas amígdalas pueden tener un aspecto arrugado y carnoso y a veces, si se infectan, es necesario extirparlas mediante una amigdalectomía.
¿Cómo funcionan las amígdalas?
¿Quieres saber para qué sirven las amígdalas y cuál es su función? Las amígdalas son partes funcionales del sistema inmunitario que combaten los agentes patógenos y previenen enfermedades. El conjunto del tejido amigdalino de la garganta forma un «anillo» de guardianes que actúan como primera línea de defensa del organismo frente a virus y bacterias invasoras. De hecho, las amígdalas suelen ser el primer elemento del sistema inmunitario que activa al resto de componentes de la red defensiva.
Las amígdalas están formadas por tejido linfático, lleno de los elementos que necesita el organismo para combatir las enfermedades. Entre ellos, destacan los linfocitos y los macrófagos. Los macrófagos atacan y devoran inmediatamente a los patógenos invasores, mientras que los linfocitos almacenan «recuerdos» de la invasión para que el organismo pueda responder con más rapidez ante una nueva infección.
¡Tus amígdalas son importantes!
Algunas investigaciones indican que las personas a las que se les han extirpado las amígdalas no sufren ninguna consecuencia negativa. Además, es cierto que existen zonas de tejido linfático más grande en otras áreas del cuerpo que parecen desempeñar un papel más importante en las infecciones graves que las pequeñas amígdalas.
Sería fácil pensar que las amígdalas no son tan necesarias.
Sin embargo, un estudio publicado en septiembre de 2017 sugiere justo lo contrario.
Un hospital universitario de Alemania examinó las amígdalas extraídas quirúrgicamente de 20 pacientes adultos voluntarios. Se examinó el tejido amigdalar para ver cómo respondían a los patógenos sus agentes encargados de luchar contra las enfermedades.
El estudio descubrió que, efectivamente, las amígdalas con antecedentes de distintas enfermedades responden de forma diferente a los patógenos. Esto sugiere que las amígdalas tienen la capacidad de detectar diversos tipos de amenazas para el organismo y adaptar sus reacciones.
Tras analizar detenidamente sus conclusiones, los directores del estudio afirmaron lo siguiente:
«Estos datos subrayan la noción de que las amígdalas son entidades inmunes funcionales y sugieren que en el futuro la amigdalotomía (es decir, la resección parcial de las amígdalas) debe ser valorada y considerada más a menudo como una alternativa a la amigdalectomía en caso de amigdalitis crónica en adultos.»
En resumen, este estudio sugiere que las amígdalas son una parte necesaria del sistema inmunitario. Por lo tanto, lo mejor es no tener prisa por extirparlas. A medida que futuros estudios sigan arrojando luz sobre el papel de las amígdalas, estas pequeñas masas de tejido verán reconocido un lugar cada vez más importante en la salud inmunitaria y en la medicina.
Las amígdalas son esenciales para tener un cuerpo sano, aunque es cierto que a veces pueden causar problemas.
Problemas de salud que afectan a las amígdalas y su función
¿Por qué se extirpan las amígdalas si su función es tan importante? Hay algunos problemas de amígdalas que pueden hacer necesaria una amigdalectomía:
- Infecciones crónicas de las amígdalas que no responden a los antibióticos
- Infecciones estreptocócicas recurrentes
- Mononucleosis
- Cáncer
Las afecciones que justifican la extirpación de las amígdalas son muy poco frecuentes. Los problemas con las amígdalas de la mayoría de las personas se reducen al mal aliento y los cálculos amigdalinos (tonsilolitos). Estos problemas de amígdalas suelen ser consecuencia de unas amígdalas crípticas, es decir, amígdalas con arrugas profundas y fosas que retienen los restos bacterianos. Los problemas de este tipo se pueden remediar fácilmente en casa cuidando bien las amígdalas.
Cómo cuidar tus amígdalas
Unas amígdalas sanas pueden ayudarte a disfrutar de un aliento fresco y de un sistema inmunitario a pleno rendimiento. Como están situadas más cerca de la parte frontal de la boca, donde se acumulan los restos de comida y las bacterias, las amígdalas palatinas tienen más probabilidades de desarrollar cálculos y provocar mal aliento. Por suerte, estas amígdalas se ven fácilmente y es posible acceder a ellas para mantenerlas limpias.
Aquí van algunos consejos para mantener las amígdalas limpias y sanas
- Practica una buena higiene bucal. Si hay menos restos en tus dientes y encías, menos restos acabarán en tus amígdalas. Cepíllate los dientes y usa hilo dental a diario para eliminar la placa bacteriana. Además, enjuágate la boca con agua después de las comidas para evitar que los alimentos se depositen en las fosas amigdalinas.
- Haz gárgaras. Enjuaga y haz gárgaras una o dos veces al día con una solución de agua tibia y sal para frenar la acumulación de bacterias y aliviar el dolor de anginas.
- Raspa tu lengua. La lengua es una superficie muy texturizada donde se pueden quedar bacterias y restos de comida. Raspar tu lengua todos los días antes del cepillado es una excelente manera de evitar que esa capa residual llegue hasta las amígdalas, donde puede crear tonsilolitos y mal olor.
- Limpia tus amígdalas. La limpieza de las amígdalas es la medida preventiva más eficaz contra el mal aliento y las infecciones de amígdalas. Esto también evitará que los residuos se calcifiquen en las fosas amigdalinas.
¡Deja que tus amígdalas sigan funcionando!
Por desgracia, la extirpación innecesaria de las amígdalas se está imponiendo a los pacientes hasta un punto sorprendente. En Sudáfrica, por ejemplo, el otorrinolaringólogo Dr. Martin Young reveló por qué el país practica el mayor número de amigdalectomías del mundo: los pacientes se acercan al médico y le piden una amigdalectomía simplemente porque están convencidos de que es lo que ellos (o sus hijos) necesitan. Los médicos se aprovechan de esta ignorancia y practican la operación sin ofrecer alternativas porque la amigdalectomía genera más beneficios económicos.
Según un estudio realizado en 2013, una media de 1.800 de cada 100.000 jóvenes sudafricanos han pasado por una amigdalectomía.
Solo en Estados Unidos se realizan 530.000 amigdalectomías a niños cada año.
¿Para qué sirven las amígdalas? Las tonsilas tienen una función, así que piénsatelo dos veces antes de extirparlas
Las amígdalas son una parte fundamental de tu cuerpo, por lo que debes hacer todo lo posible para evitar que te las extirpen. Como demuestra otro estudio, hay muy buenas razones para conservar tus amígdalas.
La Universidad de Melbourne realizó un extenso análisis de los historiales médicos de casi 1.200.000 personas a las que habían extirpado las amígdalas en la infancia. El equipo que analizó los datos descubrió que hasta uno de cada cinco sujetos del estudio presentaba una enfermedad de las vías respiratorias altas. La comparación de todos los datos con los de personas que nunca pasaron por una amigdalectomía reveló algo muy interesante: los individuos que se habían sometido a una amigdalectomía en la infancia tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar problemas de las vías respiratorias superiores que los del otro grupo.
El estudio sugiere que las personas a las que se extirpan las amígdalas corren un mayor riesgo de desarrollar afecciones como:
- Asma
- Alergias
- Gripe
- Neumonía
Está claro que si las amígdalas se quedan en su sitio, pueden seguir funcionando y ser útiles para proteger el organismo.
Mantener las amígdalas limpias y sanas es más fácil de lo que crees gracias a Oravix. Para ello, hemos creado el pack de herramientas perfecto pensando en tu salud bucodental para que el cuidado de las amígdalas sea sencillo y libre de preocupaciones. Si cuidas bien tus amígdalas, su función se mantendrá intacta sin problemas y protegiendo tu salud durante muchos años.
Haleigh, que solía ejercer como Higienista Dental Colegiada, en 2015 dio un giro en su carrera y pasó al campo de la escritura trabajando como freelance. Su motivación para escribir reside en su entusiasmo por conectar con los pacientes y hacer accesibles los conceptos más complicados. Haleigh comparte sus habilidades en la escritura y el copywriting para blogs y sitios webs en el sector médico y dental.
