Raspador de lengua

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El raspador de lengua elimina los residuos y toxinas que se encuentran en la lengua. Siente tu boca fresca y limpia cuidando tu higiene y salud bucodental con nuestros rascadores de lengua.

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Una lengua limpia para un aliento fresco

El limpiador de lengua tiene forma ergonómica para eliminar suavemente la capa blanca que se forma sobre la lengua.

Este raspador de acero inoxidable elimina el mal aliento y mejora la salud en general. Los rascadores de lengua también liberan las papilas gustativas para que disfrutes de la máxima sensación de limpieza.

 

100% acero inoxidable

Aliento fresco

Acaba con el mal aliento de raíz.
Fácil de limpiar y esterilizar

Manual de usuario

Instrucciones ilustradas para ayudarte.
Diseño robusto y seguro

Diseño robusto

Diseñado para durar muchos años.
Producto reutilizable

Acero inoxidable quirúrgico

Fundido en una sola pieza de acero apto para uso médico.

Preguntas frecuentes

¿Por qué debo usar rascadores de lengua?

El raspador de lengua de acero inoxidable es fundamental para limpiar la capa blanquecina que se forma sobre la lengua y tiene numerosos beneficios. Al retirar esta capa (también llamada suburra lingual), se elimina el mal aliento que resulta tan desagradable en algunas situaciones sociales y afecta a la autoestima. También ayuda a eliminar las restos de comida y bacterias de la lengua. Esto ayuda a liberar las papilas gustativas y estimula el sentido del gusto.

La ciencia ha demostrado la eficacia de los rascadores de lengua, que también mejora la salud bucal y digestiva y estimula ligeramente la actividad de los órganos internos y la capacidad digestiva.

En general, el raspador de lengua de acero inoxidable mejora la sensación general de su salud y bienestar.

¿Por qué utilizar el raspador lingual de acero inoxidable?

El acero inoxidable es un material resistente y duradero, el mejor material para fabricar un raspador de lengua. Puedes utilizarlo durante años y años, es una inversión para toda la vida. Además, el limpiador lingual de acero inoxidable es un producto muy ligero y cuida la lengua con suavidad.

El acero inoxidable es muy fácil de limpiar y mantener en óptimas condiciones. Para limpiarlo a fondo, se puede meter en el lavavajillas. También se lava a mano en un momento.

El raspador de acero inoxidable es más eficaz que el de plástico y que el cepillado de dientes. No se forma moho sobre su superficie y es mucho más resistente que un raspador de lengua de plástico.

¿Qué ventajas tiene un limpiador de lengua con esta forma?

El raspador lingual de acero inoxidable tiene una forma ergonómica que facilita su uso. Se puede utilizar cómodamente con una sola mano. Su diseño estrecho facilita que incluso los niños lo usen correctamente y resulta mucho más sencillo de usar que otros raspadores más anchos. Su mango es fácil de agarrar y no resbala.

Este limpiador de lengua de acero inoxidable también es fácil de guardar y ocupa menos espacio en el neceser, en una bolsa o en el cuarto de baño.

Muchas personas tienen piedras en las amígdalas. Sin embargo, muchos sufren en silencio sin saber cómo solucionar el problema y otros ni siquiera son conscientes de que los tonsilolitos causan su mal aliento y dolor de garganta. Los rascadores de lengua pueden ser la solución. Si estás leyendo esto, ¡ya has dado un paso importante en la buena dirección!

¿Usar el raspador de lengua es fácil?

Sí, el raspador lingual es una herramienta muy fácil de usar. Se recomienda usarlo dos veces al día, por la mañana y por la noche, antes de cepillarse los dientes. El cuerpo elimina toxinas durante la noche, por lo que deben retirarse a primera hora de la mañana con el limpiador lingual. Por la noche, el raspador lingual de acero inoxidable elimina de la lengua las partículas de alimentos no digeridos.

Para utilizar el raspador de lengua, saca la lengua y raspa suavemente desde atrás hacia delante. Después de usarlo, aclara el raspador de lengua de acero inoxidable para eliminar residuos. Repite siempre que sea necesario.

Limpiar a fondo el raspador de lengua es un proceso muy fácil: puedes meterlo en el lavavajillas o lavarlo a mano con agua y jabón. Después, puedes frotarlo con limón y sal para que quede como nuevo.